Aprender español con Narcos. Entrevista a Fernando Monzón
Las fronteras entre lo ético y lo que no lo es se han difuminado en el mundo del márketing. El uso publicitario de la figura del narcotraficante Pablo Escobar es un nuevo ejemplo.
Sigmund Freud aprendió español porque quería poder leer El Quijote en su idioma. El alter ego del escritor Muñoz Molina en ‘El jinete polaco’ aprendió inglés para entender las canciones de los Rolling’s Stones. Y seguramente más de uno ahora querrá hacerlo para valorar el Nobel de Literatura a Bob Dylan.
Ahora, la plataforma digital de enseñanza de idiomas Babbel ha utilizado el tirón publicitario de la serie ‘Narcos’, sobre la vida del narcotraficante Pablo Escobar, para una polémica campaña que roza lo inadmisible. «Hable como El Patrón» utiliza frases y escenas de la serie, rodada mitad en español, mitad en inglés, para practicar el idioma. «Antes estaba mucho más claro lo que se podía hacer y lo que no», explica el especialista en márketing digital Fernando Monzón. «Pero hoy en día esa línea se ha difuminado en el mundo digital, no sólo respecto a lo que es ético y lo que no, sino también en cuanto a lo que es legal hacer y lo que no», nos dice. Y pone como ejemplo la legislación respecto a la protección de datos, más laxa en América que en Europa.
El CEO de Babbel defiende la propuesta para que «aprender español resulte divertido y único, no un aburrimiento equiparable al de sentarse en una celda de una prisión colombiana».
«Lo que funciona, se utiliza», resume Monzón, dejando ver que las consideraciones éticas quedan en un segundo plano. Y la campaña le ha funcionado a Babbel. La empresa no nos da datos concretos, pero su jefe de Comunicación, Christian Hillemeyer, admite en entrevista con DW que «conseguimos un gran éxito en cuanto a visibilidad y a mucha gente le encantó el proyecto».
«Es una estrategia habitual, ya que el poder de atracción de este tipo de personajes es muy grande… pero el primero que la ha utilizado aquí ha sido Netflix», concede Monzón. La productora, efectivamente, lanzó unos vídeos publicitarios (alguno de los cuales supera los seis millones de reproducciones) en los que los propios protagonistas enseñaban a pronunciar y a usar distintos insultos. «Incluso la Real Academia de la Lengua se enzarzó con ellos en una discusión sobre si se tenía que escribir ‘hijoeputa’ o ‘hijo de puta’ a través de Twitter», recuerda Monzón.
«Creo que esa es precisamente la razón por la que nos contactaron: en Netflix se dieron cuenta de que el español despierta un gran interés», explica Hillemeyer. Sobre el uso de las palabrotas, explica que «nos llaman la atención» en un mundo digital saturado de publicidad. Pero no es ese el aspecto más polémico, sino el hecho de que se trivialice a un personaje como Escobar. «Es impensable que en Estados Unidos se hiciera una serie explorando el lado humano de Bin Laden o que en Alemania se hiciera una que presentara a Hitler como un simpático hombre de familia», compara Monzón, que trabaja habitualmente en Colombia y conoce bien el país.
Desde Babbel eluden la comparación: «Por supuesto, somos conscientes de que la campaña es algo controvertida; por eso nos referimos al personaje de ficción como ‘el Patrón’, el nombre que se le da en la serie». Monzón ejemplifica la atracción de los grandes villanos del cine con un reto: «cuenta la cantidad de cascos de Dark Vader que se venden». E incluso especula con que la polémica generada en torno a la serie haya sido buscada.
Benicio del Toro también se metió en la piel de Escobar para la película ‘El paraíso perdido’. «La de Pablo Escobar es una memoria muy triste, muy oscura, para Colombia y, en parte, para toda Latinoamérica» nos dijo durante su presentación en 2014.
En referencia a los familiares de Escobar, que se han quejado de los errores de veracidad de la cinta, afirma: «seguro que les han pagado… es lo que yo hubiera hecho». «Yo llevo las campañas de series de televisión, aunque con otras temáticas, y he seguido estrategias similares: publicitariamente es mucho mejor que protesten que que colaboren en la elaboración del guion».
El problema es que Escobar fue un personaje real. «Cuando se conoce un poco su figura, lo último que se le ocurre a uno es que pueda resultar ‘educativo’… aunque sea para aprender el idioma», sentencia Monzón. «Al fin y al cabo, lo que tiene a la gente fascinada es el villano de ficción de ‘Narcos’, no el Pablo Escobar histórico», justifica Hillemeyer. ¿Seguro?
El actor Wagner Moura encarna a Pablo Escobar en la serie ‘Narcos’.