Entre un anciano con pinta de despistado y un hombre de negocios machista y triunfador, ¿a quién eliges en un momento de crisis mundial?

Corría el año 2016 cuando nos llamaron para participar en una campaña en Miami, el llamado tenía el objetivo de activar el voto latino y la estrategia que planteamos fue utilizar el humor en una pieza breve. Los Youturris entraron en acción, videos cortos de menos de 3 minutos donde se comparan los candidatos de ambos bandos desde un punto de vista satírico y sarcástico.
En las elecciones presidenciales de 2016, desde la perspectiva europea, claramente el triunfo era de Hillary, eso decían todas las encuestas, sin embargo cuando comenzamos a documentarnos nos dimos cuenta de que Trump era el favorito en la calle. Era una época en la que el “big data” daba sus primeros pasos como herramienta de gestión de votantes y comenzamos a analizar no solo la campaña de Miami Dade, en la que estábamos involucrados, sino las elecciones en general en USA. Nuestra sorpresa fue que en los grupos focales detectamos una extraña simpatía por Donald Trump. En ese momento había tres candidatos republicanos Ted Cruz, Marco Rubio y Donald Trump.

Lo que parecía: que Hillary Clinton ganaba.
Lo que nos decía el análisis cualitativo: que Trump era el preferido.
Según casi todos los medios “neutrales”, Hillary tenía un 98% de posibilidades de ganar frente al 2% del excéntrico Trump.
Y Trump llegó a la Casa Blanca. Cuando explicamos este caso con equipos de trabajo españoles les planteamos esta analogía: ¿qué pasaría en España si se presentase Ana Botella contra Bertín Osborne? La primera es la mujer de un expresidente español que no es especialmente popular, incluso entre los de su partido. Y el otro es un cantante y presentador televisivo que, aunque un poco “anticuado”, cae simpático. Para el votante americano, Hillary representaba lo de siempre, una clase política aburrida y con un tufillo de corrupción constante. Sin embargo Trump era machista, un punto retrógrado… pero en el fondo caía bien, era el voto gamberro.

Ocho años después, la alternativa a un presidente divertido es un señor muy mayor que cada vez que habla se le nota que no está para estos trotes, que no ha querido buscar una sustituta joven, ¿alguien sabe qué ha hecho la maravillosa Kamala estos cuatro años?.
Biden se quiere perpetuar en el cargo. Desde que ha llegado a la Presidencia se ha despertado el Oso Ruso y tenemos una guerra (con tanques) en Europa. La situación en Israel y Palestina es desastrosa. La sensación de que el mundo va a ir a peor si no hay un cambio es general. Es habitual, en gobiernos progresistas, que se olviden de contar los proyectos que han llegado a buen puerto, “las cosas buenas” en general que han sacado adelante en la legislatura (yo no trabajo para ese gobierno, por lo que no voy a hacerles el trabajo y no voy a poner ejemplos)

Esta vez las encuestas hacen de Trump el favorito; es el joven, tiene solo 77 años y se enfrenta a un Biden que aunque solo tiene 81, parece su abuelo. La situación es parecida a la que ocurre este año en México o República Dominicana. Si preguntas por la calle, la gente tiene claro quién va a ganar, independientemente de lo que vaya a votar.

Queda mucha campaña, hay mucha plata y en Estados Unidos nos acostumbran a sorprendernos con giros de guión y campañas muy creativas. Pero si este año los demócratas no montan un buen October Surprise (y lo del lawfare no les está funcionando), parece bastante claro quien va a ser el próximo presidente de los Estados Unidos. Pueden ustedes elegir entre focus groups, encuestas convencionales o preguntando al taxista: Trump es el preferido.

Fuente: Sufragio